En Picolandia uno no gana ni para sustos. Después de una
jornada agitada, preocupado por la libertad de prensa después de las amenazas
al Chapu-lín Violorado, me levanté al otro día dispuesto a sorprenderme una vez
más con la prensa local. Y mientras me tomaba los primeros mates del día me
saltó la noticia a los ojos dejándome estupefacto y lleno de zozobra. El
director de Producción de Picolandia, Miguel “clausureitor” García, había
labrado un acta de infracción al Comité de la Unión Cívica Radical porque en
sus instalaciones había realizado una fiesta privada con canilla libre.
Pie de foto: el comité al día siguiente de la joda
Como soy un curioso avezado salí corriendo rumbo al edificio
de la calle 30 y cuando llegué todavía estaba el “Superinspector” Moncalvillo
(también conocido por los carniceros locales como “el quema-chorizos”) en pleno
acto multador. “¿Qué es lo que ha encontrado, superinspector?” le pregunté a
Moncalvillo, que apartando el ojo de un pedazo de salamín que había quedado de
la fiesta de la noche anterior, me respondió: “Severas evidencias de quilombo”.
Sin dar crédito a lo que estaba oyendo di una rápida mirada al local en busca
de alguna evidencia. Cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con un par de medias
que rápidamente identifiqué como pertenecientes a mi gran amiga la Dra. Campi y
un poco más allá el pañuelito con el que se suena cuando está refriada Silvia “Poy”
Carballo.
Pie de foto: "Vámonos pa la fiesta Twitto, ¡que tengo una joda en el cuerpo que ni yo misma me reconozco!"
Aturdido por lo que acababa de descubrir me dirigí al
Concejo Delirante y entré como un rayo en la oficina del Frepam donde se
encontraban, todavía sin saber lo que había ocurrido, las dos edilas. “¡Qué
fiestita que se pegaron anoche!” les solté sin darles tiempo a que
reaccionaran. Sin creer en mis palabras la Dra. Campi levantó el teléfono y
pidió hablar con Miguel “clausureitor” García, que en ese momento se encontraba
a punto de cerrar un supermercado chino, hecho que lo había llevado casi a
tener un orgasmo. “Usted ya sabe que somos implacables, Dra” respondió “Clausureitor”
mientras le ponía una cinta de “cerrado” en la boca a un chino. “Pero si
nosotros sólo festejamos un cumpleaños” bramó la Dra. Campi. “Error”
contraatacó García “el superinspecgtor Moncalvillo me ha dicho que hay
evidencias de QUILOMBO”. A la Dra. Campi no le gustó el modo en que
García se dirigía a ella pero tuvo que aceptar que la fiesta se les había ido
de las manos. “Si hasta se hizo un strep tease” bramó García, satisfecho por
haber derrotado a la Dra. “Esa fue la Poy” respondió la Dra. Campi y yo salí
corriendo del bloque antes que se armara otro bardo y recibiera un
pisapapeles en el ojo.
Pie de foto (EXCLUSIVA de SuperPicolandia): aspecto que lucía el comité de la UCR la noche de la fiesta
Preocupado como estaba me fui a verlo a mi gran amigo Twitto
Reinoso al que encontré twitteando como loco. “Dejá de twittear Twitto” le dije “que
ya se acabaron las elecciones. “¡Cómo que se acabaron!” bramó “¿y cómo nos fue?”
“Mal Twitto” le dije “pero dame bola, que no vine por eso. No se si te
enteraste, pero clausuraron el comité”. “Si, ya lo se. Pero no te preocupes” me
dijo Twitto con cara de pillo “Es todo parte de un plan. Vamos a volver a
transformar a Picolandia en General Milonga. Vos sos joven y no te acordás,
pero los abuelos saben de qué hablo. Esto, antes de que viniera el Senador en
un ovni desde el planeta González Moreno, era una joda. No había noche que no
hubiera un baile. Y ese es ahora nuestro proyecto. Volvamos a hacer de
Picolandia un lugar de joda”. “¿Te parece, Twitto?” le pregunté, preocupado por
el cariz que estaba tomando la cosa “Pero García no nos va a dejar”. “No me
hables de García” bramó Twitto mientras se tocaba el abdomen recordando quién
sabe qué triste episodio ocurrido durante la última campaña electoral. Asombrado
por el rumbo que están tomando los acontecimientos en la ciudad volví a mi casa
caminando. “¡Hasta los radicales están enloqueciendo!” pensé “¿quién nos va a
defender ahora???”
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