Pié de foto: "¿Qué es esa cara, Parodi?" "Nada, es que Arocena me está apretando los huevos por abajo de la mesa" "No diga pavadas y cómase una masita, hombre"
Rápido como un lince me voy corriendo al palacio municipal y, aunque es
domingo, encuentro mi queridísimo amigo el ingeniero Tébes en su despacho
probándose el sombrero a lo Charles Bronson que le ha regalado un amigo
bromista férreo lector de este blog. “Cómo está Mr. Pico” me saluda con su
simpatía DESBORDANTE habitual el primer ciudadano de Picolandia. “Bien” le digo
“pero no tanto como usted que acaba de reunirse con los señorones…” “No me
hable de eso hoy que es domingo” me dice el intendente mientras se acomoda las
partes inferiores con su típico gesto ataja-tiro-libre. “Pero cómo no vamos a
hablar” le digo “si los muchachos son la flor y nata de la economía de esta
ciudad, son la patria, son la bandera, son la escarapela esa gigante que colgó
usted la otra vez de la ventana, ¿me entiende?”
“Si, Mr. Pico” me dice el intendente, que en realidad me
llama por mi otro apodo que yo no puedo develar porque quedaría en evidencia mi
identidad y los muchachos de Maraco Digital entonces vendrían a mi casa y me
sacarían una foto, cosa que obviamente no va a suceder. “Pero le puedo asegurar
que fue una reunión muy difícil”. “¡Por qué difícil?” le pregunto “Si usted con
los muchachos se lleva bien”. “Me llevaba bien” me aclara el ingeniero “pero
desde que los muchachos del Concejo Delirante les archivaron la cartita la
semana pasada, ahora creen que me he vuelto kirchnerista y están un poco susceptibles”.
“¡Que!!! ¿Kirchenrista usted???” le digo mientras toco madera y le hago la
señal de la cruz al pobre Parodi, que acaba de entrar a la reunión y está intentando contarme que
él también estuvo con los chacareros, pero nadie le da bola. “El Gran Barba
jamás se lo permitiría!!” le digo.
“Eso fue lo que les dije” me dijo el intendente mientras me
agarraba de la mano y me llevaba a otro despacho, donde se encontraba Fernando “Gargamel”
Sánchez practicando kung fu con una bellísima señorita. “Pero ellos son
ingratos y no me creyeron. Y últimamente el supremo (y levantó un dedito para
arriba señalando sin nombrarlo hacia el Senado Nacional) no me ayuda demasiado.
Anda como borrado, vió… se borra de todo… Si hasta la honorable Higonet se nos
ha hecho KK” “Tiene razón, intendente” exclamé “está feo para nosotros, pero
usted debería haberles recordado los favores realizados… ¿O se han olvidado los
señorones de cuando les sostuvo la velita en la misa aquella? ¿se acuerda? ¡Parecía
usted el de las veladas paquetas de Hiperhumor!!! Don Crep Gorget!!! ¡¡¿Se
acuerda? ¡¡¡Fue cuándo fuimos todos a rezar a la plaza por la 125!!!” “La
política es así de ingrata Mr. Pico” me dijo el ingeniero Tébes mientras se
secaba las lágrimas con la manga de mi camisa recién planchada.
“¨Pero dígame, intendente” le dije, ya al borde de la
desesperación y sin saber qué hacer para consolarlo “¿qué es lo que los
muchachones de la Sociedad Rural quieren? ¿Qué de un golpe de estado? ¿Qué saque
a los tanques a pasear hasta el cementerio para que no sigan ahí oxidándose en
el regimiento?” “No, Mr. Pico, esto son otros tiempos” me dice el ingeniero ya
casi a punto de firmar la carta de renuncia “Ahora se conformarían con una
adhesión del Concejo Delirante a su protesta”. “¡Pero eso es fácil!” le digo “Si
los siete enanitos le votan a usted todo, don BlancaTébes”. “No me haga reír”
me dice el intendente, mientras se termina de secar los mocos en mi pantalón “y
no me llame de esa manera… que ya tengo yo problemas suficientes en esta ciudad
como para que venga ahora un… como se llama eso que hace usted…” “Un bloguero”
le digo “Eso, un bloguero a romperme las bolas”. Antes que el primer ciudadano
me rajara del edificio con los muchachos de la Guarda Civil que todavía no han
impedido ningún delito pero tienen unos jefes que cobran unos sueldos que mamma
mia, me fui a pasear mi miserias domingueras por la Avenida y a comerme un
choripán al boliche del negro Bravo, que es el único lugar de Picolandia donde
todavía puede uno ir a ahogar las penas… jejejee…
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