Bienvenidos a Picolandia, el mejor puticlub político de toda
La Pampa. Bueno, puticlub éramos antes, porque ahora cambiamos de rubro y nos
hicimos café concert, que sigue siendo lo mismo pero suena más fino… Son cosas
a las que nos obliga el kirchnerismo.
Picolandia tiene más de cien años y hace treinta que está
gobernada por un mismo partido. Si, si… el partido es el mismo, sólo que fue
cambiando con el tiempo. Ya sabemos que es complicado pero vamos a intentar
explicarlo. El partido se llama PJ, y primero fue progresista marinista, luego
se hizo menemista conservador y ahora es negocionista. (Perdón, me corrige la
maestra… “negacionista” habrá querido decir, ¿“negacionista”, los que niegan
todo? No, no… estos también niegan todo pero en realidad son Negocionistas,
porque ahora sólo se dedican a hacer negocios.)
En las últimas elecciones fue elegido intendente un señor
llamado Jorge Tébes que suele pararse siempre con las manos como tapándose los
huevos como si formara parte de una barrera, costumbre que como puede verse en
la foto ahora se ha contagiado al resto de su tropa. Parece que la costumbre a
Tébes le viene de su jefe político, el benemérito gran “barba”, también
conocido en los medios como “el senador” y al que la mamá la puso el nombre de
Carlos Alberto Verna. El intendente no tenía por
costumbre ponerse las manos delante de los huevos, hasta que el gran “barba” le
dijo: “Jorgito tené cuidado que ahora están los kirchneristas que te disparan
por todos lados y si te descuidás, te rompen los huevos de una manera…”.
Instintivamente él se puso las manos como para atajarse y ahora cada vez que
tiene que estar a la intemperie se cuida por las dudas…
El ingeniero Tébes gobierna Picolandia con la inestimable
ayuda del conocido clan de “siete enanitos”, sus humildes servidores “los
concejales” que le votan todo lo que él quiere y le sacan las castañas del
fuego cuando las papas queman. Por lo cual la gente cuando le quiere hacer
chistes al intendente dice que Picolandia está gobernada por “BlancaTébes y los
siete enanitos”. Aunque el verdadero dueño del circo, no tenemos que olvidarlo,
es el “gran barba”, un señor que como bien se puede apreciar en las fotos, se
desayuna con vinagre, sobre todo desde que tiene que aguantar a “la yegua” esa
que pusieron en la Casa Rosada y que él quiso rajar a patadas en una ocasión,
aunque el chiste le salió mal y el que tuvo que bajarse del caballo fue él,
pero esa ya es otra historia que un buen día les contaremos.
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